miércoles, 14 de enero de 2015



SACIEDAD SIN SACIAR...

Suave acaricias mi cuerpo con tu mirada,
tus manos áridas de piel que huele a vainilla,
tus labios sedientos de besos a miel
vertida en los senos
que se erizan al roce de la lengua,
tu boca hambrienta muerde,
y besa el cuerpo
y recorre aprisa la línea que lleva al placer
de flotar en esa nube en que se han convertido 
las sabanas.

Y se araña la piel, y se toma fuerte de los cabellos,
y el gemido se expresa ardiente,
y se dice un nombre que no es desconocido,
y el cuerpo se arquea para penetrar más hondo
en el abismo al que se está por caer,
y se ensanchan las venas
y se agiganta el latido.

Y en un movimiento sin tiempo
cabalgan mis caderas tu instante de placer
que brota y se derrama,
y el grito se volvió un rezo, una oración
sin verbo ni predicado,
y un abrazo contuvo el cuerpo que tiembla
y el alma que ya no llora.

Y los labios se unieron y el beso fue suspiro,
un te amo enardecido,
un paso adelante en la vida,
y luego el descanso, las pieles bañadas en sudor
fueron caricia, besos, un recorrido de dedos
que saben el punto justo donde se muere
en el deseo y renace el fuego.

Y se sacia la caritativa necesidad de estar,
de amar, de olvidar,
y las manos aprietan las carnes ávidas 
sin satisfacer aún.

Lucia Marty..

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